Fallece Don Buchla, pionero de los sintetizadores
Acaba de fallecer a los 79 años el 'otro' padre del concepto 'sintetizador'. La estela de Bob Moog —que nos dejó en 2005— a menudo tapa la no menos importante de Don Buchla, posiblemente por la habitual predominancia en el escaparate colectivo del enfoque más tradicional y el pop frente a todo cuanto tenga que ver con el mundo de los compositores ‘de academia’, especialmente cuando se trata de los que visitan las vanguardias, tan intensas en los 60.
Aunque la música electrónica y el uso de osciladores, filtros, moduladores, etc. para la creación de sonidos con intención musical precede a ambos, fueron ellos, desde la ingeniería, los encargados de dar forma como instrumento decididamente musical a lo que antes era aprovechar módulos más propios de un laboratorio de radiocomunicaciones. Y al hacerlo, definieron las bases de lo que todavía hoy entendemos más universalmente como ‘sintetizador’, aunque con enfoques algo diferentes.
Moog tuvo el acierto y la visión de incorporar el teclado tipo piano como control para facilitar el uso del entonces novedoso y naciente ‘sintetizador’ por parte de teclistas integrándolo en formas musicales más o menos convencionales, desarrolladas en el lenguaje de notas y escalas dominante.
Pero Don Buchla estuvo más interesado en las posibilidades de creación más intrínsecamente electrónicas, concibiendo entornos modulares y sistemas de control despegados de esa herencia y creados al gusto de compositores situados en el filo o un poco más allá. La imitación de sonidos convencionales, y el uso de las nuevas herramientas integradas en estilos preexistentes no era su prioridad. Muy al contrario, sus inicios y los compositores que le influyeron para definir su concepto le llevaron a ese terreno menos público pero no menos intenso.
En el arranque de los años 60 del s. XX, Don Buchla recibió de Morton Subotnick y Ramón Sender el encargo de construir lo que acabaría siendo el Music Box serie 100, un sistema modular que sería sucedido por la serie 200 en 1970, poco antes de que, en 1971 y ya incorporando también los incipientes microprocesadores digitales, creara la serie 500 con control digital sobre un sistema analógico de creación de sonidos, toda una novedad para la época, como también lo fue el primitivo almacenamiento de patches del famoso Music Easel, un "minibuchla" que muchos utilizaron también en estilos pop.
Técnicas de waveshaping para configurar el sonido emanado de los osciladores, en lugar del filtrado, eran su terreno propio, junto con el de formas de control pensadas para los nuevos lenguajes, sin referencias al piano y la escala temperada, como formas de buscar una mayor libertad, y entendiendo siempre que la parte de ‘ejecución’ / ‘performance’ es esencial a un espectáculo musical que implica público. Capturar gestos desde controles innovadores era otra de sus preferencias queriendo buscar más vitalidad y expresividad desde la electrónica.
Con todo, no faltan entre sus creaciones sistemas con teclado como el Touché de 1978 o con MIDI como el System 700 de 1987, o la colaboración con la marca Oberheim que dio lugar al OB-Mx. Por la parte de interfaces de control, imposible no recordar los Buchla Thunder y Lightning en el arranque de los 90, o la Marimba Lumina en el cambio de siglo. Aunque ahora distribuido por Moog Music, el Piano Bar es también originalmente un producto de Buchla.
Tenéis una historia de su vida y sus creaciones, además del catálogo actual de productos con marca ‘Buchla’ en buchla.com, destacando la serie 200e.
Aunque la música electrónica y el uso de osciladores, filtros, moduladores, etc. para la creación de sonidos con intención musical precede a ambos, fueron ellos, desde la ingeniería, los encargados de dar forma como instrumento decididamente musical a lo que antes era aprovechar módulos más propios de un laboratorio de radiocomunicaciones. Y al hacerlo, definieron las bases de lo que todavía hoy entendemos más universalmente como ‘sintetizador’, aunque con enfoques algo diferentes.
Moog tuvo el acierto y la visión de incorporar el teclado tipo piano como control para facilitar el uso del entonces novedoso y naciente ‘sintetizador’ por parte de teclistas integrándolo en formas musicales más o menos convencionales, desarrolladas en el lenguaje de notas y escalas dominante.
Pero Don Buchla estuvo más interesado en las posibilidades de creación más intrínsecamente electrónicas, concibiendo entornos modulares y sistemas de control despegados de esa herencia y creados al gusto de compositores situados en el filo o un poco más allá. La imitación de sonidos convencionales, y el uso de las nuevas herramientas integradas en estilos preexistentes no era su prioridad. Muy al contrario, sus inicios y los compositores que le influyeron para definir su concepto le llevaron a ese terreno menos público pero no menos intenso.
Un MusicBox de los años del blanco y negro |
Con todo, no faltan entre sus creaciones sistemas con teclado como el Touché de 1978 o con MIDI como el System 700 de 1987, o la colaboración con la marca Oberheim que dio lugar al OB-Mx. Por la parte de interfaces de control, imposible no recordar los Buchla Thunder y Lightning en el arranque de los 90, o la Marimba Lumina en el cambio de siglo. Aunque ahora distribuido por Moog Music, el Piano Bar es también originalmente un producto de Buchla.
Tenéis una historia de su vida y sus creaciones, además del catálogo actual de productos con marca ‘Buchla’ en buchla.com, destacando la serie 200e.
Un sistema del catálogo actual de Buchla
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